La primera visita al ginecólogo...

 La primera vez que fui a un ginecólogo recuerdo que fue cuando tenía unos 19 años, no fue para nada lo que todo el mundo cree. Aún no mantenía relaciones, ni tenía novio, ni pareja, ni rollete en el sentido sexual. Engordé bastante durante un verano, por no hacer nada en absoluto, ningún movimiento básicamente. Me empezaron a salir estrías por el aumento de peso, me salieron unas cuantas en la barriga. No recuerdo el motivo, era algo que no tenía que ver, pero fui al médico de cabecera y además de lo que sea que me pasaba, le comenté lo de mis estrías. La doctora me dijo :

-¿Has ido al ginecólogo alguna vez? Ya tienes edad. Deberías de ir a visitarte. - no me explicó nada más, ni me hizo ninguna pregunta. Creo que asumió que estaba embarazada por el aumento de peso y por las estrías en la barriga. Comportamiento censurable al tratarse de un médico. 

No entendía nada, sobre todo lo de "ya tienes edad". "Deberías de..." sin más argumento. Esa señora estaba diciendo que tenía edad de ir al ginecólogo, mi mente, puede que infantil, no entendía nada. Todo aquel a quien expliqué el suceso y la recomendación de que debía ir al ginecólogo, me decía que ya era hora de que fuera. Seguía sin entender, pero nadie me explicaba el porqué aún siendo yo una adulta de 19 años. Decidí pedir hora con el ginecólogo, sin comprender nada. ¿Debía de ser como las muelas del juicio? Cuando tienes la edad te salen, quizá también te salga algo por lo que debas ir al ginecólogo. (un diente en el coño o algo)

Dos meses después llegó mi día y visité primero a la enfermera, que hacía un cuestionario previo y una especie de criba. 

- ¿Edad, enfermedades graves .. ?

- Fulanita, no ... 

- ¿Tienes alguna molestia, picor, dolor? 

- No, no tengo nada - Respondí. 

- ¿Te viene el periodo regularmente, tienes alguna disfunción, exceso de sangrado..? 

- No, nada de eso. - volví a responder.

- ¿Mantienes relaciones sexuales?

- No. - contesté. 

- Y entonces, ¿porqué vienes? - Me puse roja, no sabía a qué iba, solo me habían dicho que debía de ir, pero nadie me dijo el porqué. Casi ni respiré, no sabía qué decir, y la enfermera, que debió ver en mi cara el desconcierto, quizá que en alguna ocasión alguien más había ido en mis mismas condiciones, me explicó; 

- Si no tienes molestias, picor, dolor, problemas con la regla, y NO MANTIENES relaciones sexuales no hace falta que vengas. Cuando tengas, ven que te haremos una citología...

- Vale. - respondí a la explicación. 

Salí de la consulta rápido, flipando, roja, sintiéndome una ignorante y una idiota, había hecho perder el tiempo a esa mujer por nada. Entonces pensé: 

"Toda esa gente se piensa que yo ando follando, que ya debo de estar ... ¡A punto de tener un bebé? y que por eso tengo las estrías y que por eso debo de ir al ginecólogo! Me dicen eso así! 

¿Y el médico de cabecera, debía de saber todo esto, porqué no me preguntó que si podía estar preñada??¡Que es un médico! ¿Porqué no me dijo las cosas claras? Digo yo, debe de saber que si no tienes problemas y no mantienes relaciones no hace falta venir, ¿Por qué no me lo ha dicho así? 

¡Qué paleta! ¡Vaya médica paleta! Y encima me hace quedar a mi como más paleta aún! ¡¡Pero es que nadie me ha explicado nada!!¿Por qué? ¿En qué siglo estamos?" 

No entendía el comportamiento de aquella gente, estábamos ya en el año 2.000. Ahora le encuentro cierta explicación, pero no lo entiendo. No comenté el tema de mi vergüenza, ni nada por el estilo, pero me sentí muy ofendida, no por que pensaran que yo mantenía relaciones, o porque barajaran la posibilidad de que estuviera embarazada, si no por no decirme las cosas tal cual, por no informarme. No era nada malo. 

Recordé entonces a mis amigas del cole que cuando contábamos con 12 años, empezaron a ser llevadas recurrentemente cada año al ginecólogo cada vez que sus madres iban, porque debían ir según también me explicaban ellas sin más argumentación. A los 12 años, cuando se lo expliqué a mi madre (que era más mayor que las de mis amigas porque me tuvo más tarde) me dijo:

- Si no tienes nada, ¿para qué vas a ir al médico? No hay que ir al médico si no te hace falta. - lo mismo básicamente que lo que me dijo la enfermera años después.

Para mi aquello fue sentencioso. A esa edad me fue suficiente. En los años siguientes, estos comentarios y conversaciones sobre ir al ginecólogo se sucedieron, sobre todo con amigas que tenían el periodo irregular, y con otras que no, también. Para mí no tenía ningún sentido que mamá las llevara al médico si no tenían nada. 

Llegado el instituto, allá por los 16 - 17 años, mi amiga Miriam tenía novio, y se empezó a acostar con él. Su madre la dejaba ir a su casa a dormir, porque era una mamá divorciada, moderna (o eso se suponía), también le dejaba que fuera al camping con la familia, etc. Esta mamá además, era de las que la llevaba al ginecólogo con ella cada año. Un día después de la visita llegó el drama: 

- Mi madre me ha pegado una paliza.- hoy en día esto es impensable en los 90 no. - Volvimos del ginecólogo me dio una ostia y me dio una paliza, porque se ha enterado que me acuesto con David! Me dijo puta.

Todas flipamos con el tema, y la compadecimos por la somanta de palos a la que su moderna madre la sometió. 

- Seguro que debió de entrar cuando el médico le decía a la enfermera, o le debió de decir algo. Se ha enterado, y además de pegarme me ha castigado sin ver a David. 

La llamó puta, coartando así su sexualidad y dejando claro que era algo malo. Eso sí, la tía de Miriam se había quedado embarazada a los 15 o 16, por accidente, pero esto no justificaba ni los palos, ni la humillación, debió de plantearle las cosas cuando tuvo novio de otra manera.  

Según el manual de la mamá moderna de los 90 : Te podías ir a dormir a casa de tu novio, si tu madre era moderna, pero no acostarte con él. Fue un drama para la pobre Miriam, para todas nosotras, más para las que eran llevadas por sus madres al ginecólogo cada año... Se podían enterar de aquello que era intimidad, pero que parece que los médicos traicionaban. Podían ser sometidas a este maltrato, a esa humillación de que te llamen puta o zorra, por llevar a cabo lo que el cuerpo, y el corazón te instaban a hacer. 

Lo que no sabíamos o no imaginábamos era que un médico no puede decir nada sobre un paciente, ni a su familia, ni a nadie, tienen un juramento que lo impide. A no ser que te estés muriendo, inconsciente o incapacitado que deben de consultar si te operan, te mantienen vivo etc, causas de fuerza mayor, y sin revelar cosas sensibles. A mis 16 éramos más inocentes y desconocedoras de esto.

Volviendo a mi bochornosa visita al ginecólogo, cuando llegó el día y el momento en que ya había dado el paso de mantener relaciones, y no solo eso, si no que quise utilizar métodos anticonceptivos fui. Aquí me hicieron el cuestionario pormenorizado sobre mi salud sexual y además, me cogieron la muestra de la citología, para cuyos resultados, obviamente, me dieron hora otro día. ¡Ay amiga! Todo cuadró entonces: 

La madre de Miriam no supo que mantenía relaciones sexuales porque el médico le contara, o porque cotilleada nada. Supo que mantenía relaciones porque la visita más larga de lo habitual, fue acompañada con otra programación de recogida del resultado de su hija. Resultado de la citología. Ahí su madre supo que su hija ya no era virgen. 

¡Iluminación! Me iluminé como Vigo en Navidad. Todas esas niñas a las que sus madres llevaban al ginecólogo año tras año, debieron de acabar igual, si sus madres eran como la de Miriam, y empezaron a mantener relaciones a una edad en que a estas no les parecía correcto. Fueron víctimas de sendas palizas, insultos y humillaciones, fruto de la moralidad de la época. Cabe la posibilidad de que, alguna madre fuera más razonables y solo le dijera a su hija, que debían de tener cuidado, que se lo debían de haber contado... pero creedme, cuando os digo, que lo más probable es que les dieran la de atún. Los 90- '00 eran así, época aún mojigata después de la dictadura en que nos habíamos modernizado, pero no tanto. 

¿No era más fácil explicarles a sus hijas que debían ir a "la visita", cuando empezaran a mantener relaciones que ellas eligieran si debían ir con sus madres o no? Probablemente era más fácil, más razonable y las hubiera costado menos sustos, menos disgustos y menos traumas, pero moralmente debían de controlar, y más que controlar, reprimir a sus hijas para que no fueran a cometer el pecado de mantener relaciones sexuales adolescentes, con alguien que no fuera su futuro marido, o ya con este, como ¿hicieron ellas? No sé lo que hicieron ellas, pero cometieron un pecado mortal, estropeando la salud mental de sus hijas, y comprometiendo sus relaciones sexuales. Nos hicieron esconderlas como si fueran algo malo... Es probable que por esto, mucha gente haya reprimido su sexualidad o que hayamos sido realmente comprensivas con el sexo de nuestros hijos, dependerá del caso. 

Por favor, yo no lo voy a poder hacer (no voy a poder tener hijas), pero explicar a vuestros hijos que deben ir al médico una vez hayan empezado a mantener relaciones, cuando tengan molestias o algo raro, e instarlos a que sean sinceros. No llevéis a vuestras hijas, sin explicación o con engaños, al médico cada año para "controlar" su sexualidad por enteraros de su intimidad, por hacer de "madres dron". Está bien que tomen responsabilidad de esta parte íntima y suya de su vida sin tanta intervención parental, solo con la debida información. Ahí lo dejo...  


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